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domingo, 13 de septiembre de 2020

Una proteína del corazón a la saliva


La pandemia que vivimos nos está enseñando muchas cosas sobre nuestra sociedad y también sobre nuestro propio organismo. Igualmente, nos ha enseñado la importancia de disponer de pruebas diagnósticas rápidas, seguras, y fiables que nos permitan discernir con rapidez entre personas que se han contagiado con el virus SARS-CoV-2 y las que todavía no lo han hecho.

El diagnóstico rápido y fiable es importante para muchas enfermedades o problemas, en particular para aquellos que necesitan de un rápido tratamiento del que puede depender la diferencia entre la vida y la muerte. Uno de estos problemas es el infarto de miocardio.

Cuando un paciente acude al hospital con potenciales síntomas de infarto, es muy importante diagnosticarlo con seguridad lo antes posible para administrarle el tratamiento adecuado. Los métodos diagnósticos incluyen un electrocardiograma y análisis bioquímicos para determinar la presencia en la sangre de proteínas que se liberan a ella desde la lesión cardiaca. Una de estas proteínas es la llamada troponina.

La troponina es una proteína propia de las células musculares cardiacas, y del músculo esquelético. Normalmente, esta proteína se encuentra en el interior de las células y contribuye al proceso de contracción muscular.

La cantidad de troponina en la sangre es indetectable en estado de buena salud. Sin embargo, en el caso de un infarto de miocardio, algunas células musculares del corazón mueren, debido a la falta de aporte de oxígeno y nutrientes asociada con el infarto. La troponina de las células muertas y rotas es liberada a la sangre, donde puede ser detectada mediante pruebas adecuadas. La detección de troponina en la sangre es signo de infarto de miocardio y contribuye al diagnóstico de este junto con otros síntomas.

No obstante, el análisis de la troponina en sangre no es una prueba lo suficientemente rápida ante la urgente necesidad de diagnosticar con fiabilidad un posible infarto de miocardio. Por ello, un grupo de investigadores consideró la posibilidad de acelerar todo el procedimiento analizando la presencia de troponina en la saliva, ya que la troponina también aparece en ella tras un infarto de miocardio.

La saliva dice no

Cada persona produce una media de un litro y medio de saliva diario. Sin duda, es el fluido biológico más fácil de obtener. No es que no sea necesario un pinchazo, sino que ni siquiera hace falta bajarse la ropa interior para conseguir una muestra. Bien es cierto que en esta época que vivimos es posiblemente necesario bajarse la mascarilla antes de escupir una pequeña cantidad de saliva en un tubo de recogida de muestras.

Podemos preguntarnos por qué, si la saliva es mucho más fácil de obtener que la sangre, la troponina se ha analizado hasta hoy en ese fluido y no en la saliva. La respuesta se encuentra en las sustancias que la saliva contiene y que impiden que los resultados del análisis de la troponina sean fiables.

La saliva contiene disueltas en agua (que forma el 99,5 % de la saliva) numerosas sustancias importantes para su función. En su composición posee algunas proteínas pegajosas que también se encuentran en el moco y que ayudan a adherir a las bacterias y a evitar que estas establezcan focos de infección en los tejidos bucales. También contiene enzimas como la lisozima, que atacan y digieren a estos microorganismos, impidiendo su proliferación excesiva en la cavidad bucal. No hay que olvidar que la saliva también contiene algunos enzimas digestivos, como la amilasa, que digiere el almidón. Por último, la saliva contiene anticuerpos antibacterianos de la clase IgA, una clase de anticuerpo que se secreta con los fluidos del organismo y que también se secreta al intestino para controlar a las bacterias de la flora intestinal.

Interferencia con los anticuerpos

Todas estas sustancias interfieren con el proceso de detección de la troponina que se encuentra en la saliva en caso de infarto de miocardio. Como seguramente no resulta una sorpresa en estos tiempos, al igual que el coronavirus puede detectarse gracias al empleo de anticuerpos específicos para alguna de sus proteínas, la detección de la troponina emplea también anticuerpos específicos contra esta proteína.

Lo que quizá sí resulte más curioso es el hecho de que los anticuerpos no se unen a su proteína diana siempre con la misma fuerza. La fuerza de unión, o de hecho que el anticuerpo se una o no a su diana, puede depender, entre otros factores, de otras sustancias que se encuentran en el fluido que debe ser analizado. Estas sustancias afectan a las propiedades químicas de los anticuerpos.

Como un ejemplo de esto, el análisis de la troponina en sangre no da iguales resultados si se emplea plasma que si se emplea suero sanguíneo. Ninguno de estos fluidos contiene células de la sangre. La diferencia entre ellos radica en que el plasma es el líquido que queda tras eliminar las células sanguíneas, pero sin permitir la coagulación. El suero, en cambio, es el líquido que se obtiene tras dejar coagular la sangre. La presencia o ausencia de las proteínas de la coagulación afecta a la unión del anticuerpo a la troponina y hace que esta unión sea más fácil en el suero. Por esta razón, los análisis de troponina en suero dan valores un 30% más altos que los obtenidos con el plasma de idénticos pacientes.

Para evitar estos problemas, los investigadores desarrollan un proceso de purificación de la saliva que elimina buena parte de las sustancias que pueden interferir con la unión del anticuerpo a la troponina, sin eliminar por ello a esta proteína. Tras este procedimiento, comparan los resultados obtenidos en análisis de saliva procesada, de saliva no procesada y de suero de pacientes de infarto de miocardio y los mismos fluidos extraídos de personas sanas.

Los resultados indican que el procedimiento de purificación de la saliva permite utilizar esta para el análisis de la troponina. Este análisis se realiza así en alrededor de solo diez minutos, en lugar de las varias horas que puede tardar conseguir los resultados de un análisis de sangre. Es un avance que ayudará a salvar vidas. Por otra parte, este procedimiento u otro similar puede ser también útil para analizar con rapidez y fiabilidad la presencia de coronavirus en la saliva. Esperemos que así sea.

Referencia: Development of saliva-based cTnI point-of-care test: a feasibility study. Ponencia en el European Congress of Cardiology 2020.

https://programme.escardio.org/ESC2020/Abstracts/218355-development-of-saliva-based-ctni-point-of-care-test-a-feasibility-study?r=/ESC2020/Full-Programme?s%3D%24expression%3DWestreich

 

Jorge Laborda, 13 de septiembre de 2020


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