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domingo, 26 de julio de 2020

Vida en la galaxia: mejor, imposible


Quizá la cuestión científica, también filosófica y religiosa, más importante por resolver es la de si existen otros seres inteligentes en el universo. En ausencia de la posibilidad de una observación directa que lo demuestre, la ciencia solo puede adquirir conocimiento cada vez más preciso sobre la existencia de planetas que cuenten con las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida. Este conocimiento debería permitir estimar con creciente seguridad cuál es la probabilidad de que otros seres estén también formulándose esta pregunta, o se la hayan formulado antes de extinguirse.

Los científicos están hoy convencidos de que los seres vivos solo pueden existir basados en la química del carbono. No habría en el universo seres vivos basados en una química diferente.

Para que se origine vida, la química del carbono requiere, además, la presencia de agua líquida. Esto implica que la vida solo podrá desarrollarse en la superficie de los planetas (su interior es, en general, demasiado caliente).

También implica que estos planetas deberán estar situados a una distancia adecuada de la estrella que les irradia con su energía luminosa. Una distancia demasiado corta y el agua será solo vapor; una distancia demasiado larga y el agua será solo hielo. El rango de distancia en la que el agua es líquida define la llamada zona habitable de la estrella.

Hasta el momento, en la galaxia se han catalogado 4.158 exoplanetas, es decir, planetas que orbitan otras estrellas diferentes del Sol. La mayoría de los planetas no se encuentran en la zona habitable, son planetas gaseosos gigantes, mayores aún que Júpiter, y orbitan a distancias muy cortas de la estrella central. En conclusión, la mayoría de los planetas descubiertos no son adecuados para albergar vida.

Además, que un planeta se encuentra en la zona habitable de una estrella no es suficiente. Los científicos han averiguado que los planetas deben cumplir también otras condiciones. De lo contrario, bien la vida no podrá surgir, bien si esta surge, no podrá evolucionar durante el largo periodo de tiempo necesario para que puedan aparecer seres inteligentes.

¿Cuáles son estas condiciones? La primera es que el planeta sea rocoso, es decir, de una naturaleza similar a la de los planetas interiores del sistema solar. La segunda es que posea un campo magnético suficientemente intenso. La tercera que posea tectónica de placas.

Placas de vida

Analicemos esta última propiedad. La tectónica de placas solo puede existir si la temperatura del interior del planeta es lo suficientemente elevada. Esto impide que la corteza exterior forme un único bloque y aísle al interior del planeta del resto del universo.

Una mayor temperatura interior mantiene a la corteza exterior fragmentada, con placas que chocan y se sumergen unas debajo de las otras. Esto permite que el calor del interior del planeta se escape poco a poco al exterior. La tectónica de placas actúa como una especie de termostato y ayuda a mantener la temperatura de la superficie del planeta.

Sin embargo, según los expertos, la consecuencia más importante de la tectónica de placas es que actúa para permitir un mayor enfriamiento del núcleo planetario. Este enfriamiento favorece la generación de un campo magnético fuerte por dicho núcleo, la segunda condición para el desarrollo de la vida mencionada antes. El campo magnético protege de la radiación estelar, lo que permite que los planetas posean atmósferas más densas, que también desempeñan un papel protector para la vida.

Vemos así que las tres condiciones mencionadas antes están relacionadas y dependen de que el planeta cuente con tectónica de placas. No todos los planetas rocosos en las zonas habitables cumplirán esta condición, tendrán un campo magnético fuerte y serán favorables al desarrollo de la vida. ¿Qué circunstancias son necesarias para que se formen planetas que posean tectónica de placas?

Los científicos no han adquirido suficientes datos sobre las características de los exoplanetas como para poder extraer conclusiones basadas en la observación. Su lejanía hace esto muy difícil. Sin embargo, los conocimientos adquiridos, aunque limitados, pueden utilizarse para realizar simulaciones por ordenador del proceso de formación planetaria. Estas simulaciones, llevadas a cabo en los supercomputadores del centro nacional australiano de computación, permiten estimar la proporción de planetas en la galaxia que poseería tectónica de placas de acuerdo con su temperatura, su composición química y otros factores.

Los resultados indican que los planetas que se pudieron formar primero en la vida de la galaxia disponían de una composición química más favorable al desarrollo de la tectónica de placas. La composición química de la galaxia cambia a medida que las estrellas van generando elementos químicos en su interior, y algunas de ellas los dispersan al final de su vida cuando explotan como estrellas supernovas. La evolución química de la galaxia haría cada vez más improbable la formación de nuevos planetas con las características necesarias para desarrollar tectónica de placas y, por consiguiente, favorables para el desarrollo de la vida.

De estar en lo cierto, estos resultados indican que la galaxia era más favorable al desarrollo de la vida en el pasado que lo es ahora. Que surja y se mantenga la vida es cada vez más difícil a medida que progresa la evolución de la galaxia. Esto implica, a su vez, que el desarrollo de seres inteligentes será también cada vez más difícil y que probablemente los que hayan surgido y sobrevivido hasta este momento sean los únicos que la galaxia posee.

Cada estudio sobre estos temas parece querer decirnos que, si no estamos solos, los seres inteligentes no abundan en el universo. La humanidad y el planeta sobre la que esta vive son, por tanto, unas extraordinarias joyas de las que puede depender la evolución futura de la inteligencia en la galaxia. Una razón más para cuidar mucho al planeta y cuidarnos a nosotros mismos.

Referencias: https://www.eurekalert.org/pub_releases/2020-06/gc-lit061920.php; https://aspect.geodynamics.org/; https://goldschmidt.info/2020/abstracts/abstractView?id=2020001810


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