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domingo, 15 de abril de 2012

Biología Molecular de la Escala Social



Se puede predecir el rango social midiendo el nivel de funcionamiento de los genes

A nadie se le escapa que en nuestras sociedades unos mandan más que otros, y que la mayoría desea mandar. Por alguna razón, percibimos que nuestra posición en la escala social es importante. La investigación sobre este tema ha revelado que en humanos y otros primates, estar situado en los rangos inferiores de la escala social acarrea cambios fisiológicos que se traducen en peores perspectivas de salud. Estas peores perspectivas no son solo debidas a un menor acceso a alimentos u otros recursos importantes, ya que estudios adicionales en primates han demostrado que cuando se garantiza el acceso por igual a los recursos en un entorno controlado, los individuos en el rango social más bajo continúan demostrando una susceptibilidad incrementada a diversas enfermedades, estrés crónico, defensas bajas, e incluso una menor fertilidad y menor tasa de supervivencia a largo plazo.
Las razones de esta mayor fragilidad fisiológica han sido estudiadas extensamente en una especie de primate: el macaco rhesus (Macaca mulatta). Los estudios han revelado importantes diferencias entre los animales de alto y bajo rango social en la regulación de algunas hormonas esteroides, como las hormonas sexuales y los glucocorticoides, implicados en el estrés; en algunos neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, implicados en la percepción del placer; y también en la cantidad y actividad de algunas células de las defensas.

JERARQUÍA Y TIEMPO
Sigue siendo un misterio la manera en que todos estos efectos funcionan a nivel celular y genético en primates y humanos. No obstante, se sabe que determinadas variantes génicas están asociadas con una posición más alta o más baja en la escala social de algunos animales, y que, además, el funcionamiento de algunos genes se encuentra modificado de acuerdo a la posición en dicha escala. Esto último se ha comprobado en los insectos sociales, como las abejas. De suceder algo similar con el macaco, esto indicaría que probablemente en nuestra especie ocurra también lo mismo.
Investigadores de varias universidades estadounidenses se propusieron averiguarlo, para lo que realizaron un extenso estudio en un grupo de hembras de macaco. Las hembras de macaco establecen una jerarquía social bien regulada que, no obstante, puede ser manipulada por los investigadores mediante la creación de grupos artificiales a los que se introduce individuos en distintos días. El día de la introducción al grupo afecta a la jerarquía que ese individuo adquiere en el mismo y, en general, los que se han introducido antes adquieren un rango superior. De esta manera, puede estudiarse un mismo individuo cuando se le introduce temprano en un grupo y adquiere un alto rango, y cuando se crea luego otro grupo en el que se le introduce más tarde, forzándolo así a adoptar un rango social inferior al anterior. ¿Verá este animal modificada su fisiología y el funcionamiento de sus genes?
Los investigadores seleccionaron a 49 hembras de macaco de idéntico rango social, a juzgar por su relación con otros animales y el acceso a recursos como alimentos y agua (1). Con estas hembras crearon diez grupos artificiales, en los que el rango social de los animales se modificó dependiendo del momento de introducción en el mismo. Tras dejar un tiempo para que la escala social se estabilizara, los investigadores extrajeron sangre de las hembras de macaco ahora pertenecientes a distintos escalones sociales, purificaron las células sanguíneas y analizaron los genes que estaban funcionando en dichas células con las modernas técnicas de la biología molecular.

Microarray de ADN que muestra diferentes niveles
de funcionamiento de varios genes
GENES SOCIALES
El análisis de los datos obtenidos reveló que el funcionamiento de nada menos que 987 genes fue afectado por la posición social. El nivel de funcionamiento de estos genes cambiaba de forma muy consistente, de modo que se podía predecir, con un 80% de precisión, el rango social de un animal solamente midiendo el nivel de funcionamiento de sus genes. Además, este nivel de funcionamiento se modificaba en el mismo animal según este adquiriera un rango social alto o bajo en los grupos artificiales creados por los investigadores de la manera explicada arriba.
Muchos de los genes identificados son propios del buen funcionamiento del sistema inmune, lo que podría explicar los diferentes efectos sobre la salud asociados a un determinado rango social. Los autores del estudio especulan con la idea de que la percepción social que un individuo adquiere de sí mismo afecta al sistema nervioso implicado en el control hormonal, lo que modifica la producción o liberación de algunas hormonas y acaba por afectar a su vez al funcionamiento de los genes de las defensas.
Es conocido que existe una correlación entre el estado de salud y el estatus socioeconómico de las personas, por lo que es probable que algo similar a lo que sucede con los macacos suceda también con los humanos. Esto implicaría que el rango social afecta a la salud, y que no es gozar de una buena salud lo que permite alcanzar un mayor rango social. Es esta una consideración sobre la que creo necesario reflexionar en un momento en el cual más y más personas son excluidas al rango social más bajo, al carecer de un puesto de trabajo, en tiempos de recortes en sanidad.

(1) Social environment is associated with gene regulatory variation in the rhesus macaque immune system.  Jenny Tung (a), Luis B. Barreiro (a), Zachary P. Johnson (b), Kasper D. Hansen (c), Vasiliki Michopoulos (b), Donna Toufexis (b,d) , Katelyn Michelini (a), Mark E. Wilson (b), and Yoav Gilad (a, 1). (a) Department of Human Genetics, University of Chicago, Chicago, IL 60637; (b) Yerkes National Primate Research Center, Emory University, Atlanta, GA 30322; (c) Department of Biostatistics, Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, Baltimore, MD 21202; and (d) Department of Psychology, University of Vermont, Burlington, VT 05405.

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